El eterno debate
La rivalidad entre sexos es un tema que a los medios les gusta tratar. Se podría decir que es un tema yo-yó, cuando parece que nos hemos olvidado de él, de repente vuelve y nos sorprende descubriéndonos un nuevo estudio sobre que “las mujeres soportan mejor el dolor” o sobre que “los hombres tienen más problemas de memoria”. Pero si los medios recurren a las noticias sobre las diferencias entre sexos es porque saben que, en mayor o menor grado, traen polémica.
Y es que el enfrentamiento entre sexos el algo que viene intrínseco en el comportamiento humano, y sino, que tire la primera piedra el que nunca se haya desgañitado cantando a lo “furor” para derrotar al equipo del sexo contrario.
Sin duda, hay un aspecto que supera al resto en esto de las comparaciones entre sexos, la inteligencia. Pero, ¿qué es la inteligencia? Según la Real Academia de la Lengua Española la “inteligencia” es considerada coma la “capacidad de entender o comprender algo”.
Hace unos días tuve la oportunidad de leer en El País el reportaje “Somos (casi) iguales” que pretende ayudarnos a comprender un poco mejor qué es lo que nos separa y nos acerca al sexo opuesto. En él se analizaba el último estudio que se ha realizado sobre las principales diferencias neurológicas que separan a mujeres y hombres, y la conclusión final es que, en definitiva, ambos sexos tienen la misma inteligencia. Este hecho no deja de ser sorprendente, ya que sí que existen evidencias claras de las diferencias entre la anatomía cerebralde unos y otros.
Sin embargo, hay aspectos en los que, de media (y este concepto hay que tenerlo muy presente), un sexo tiene más habilidad que otro. Todos hemos oído alguna vez eso de que “los hombres no escuchan” o que “las mujeres no entienden los mapas”. Es obvio que eso no es totalmente cierto, ya que no todos los hombres no escuchan ni todas las mujeres no entienden los mapas, pero sí que hay algo de verdad en ello. Por ejemplo, se ha demostrado que las mujeres suelen tener más capacidad en las facetas del lenguaje, sobre toda las relacionadas con el habla y, por su lado, los hombres son más hábiles en el procesamiento espacial.
Pero como señalaba antes, estas características han de tenerse en cuenta respecto a la media, y así lo señala una de las fuentes del reportaje de El País, que afirma que no todo el mundo es capaz de entender que las habilidades propias de cada individuo son independientes del sexo.
Lo más curioso de esto es que los expertos achacan esta incomprensión por parte del público a la instrumentalización y trivialización de la información que reciben. Y no cabe duda que algunos de los principales responsables de estas lagunas informativas son los medios de comunicación.
Este hecho no deja de ser interesante, ya que esta simplificación de las características de ambos sexos fomenta, de alguna manera, que permanezcan algunos modelos de conducta en los medios de comunicación, sobre todo en la televisión. Lo que conocemos como roles televisivos, que podemos ver continuamente en la pantalla.
Por eso, creo que debemos ser algo más críticos con lo que vemos a nuestro alrededor y, en vez de darle importancia a por qué los hombres no preguntan las direcciones o por qué las mujeres se preocupan más por las cosas, debemos ir más allá y elaborar un juicio propio sobre lo que nos cuentan. Al fin y al cabo, son más cosas las que nos unen que las que nos separan.
Si queréis saber más sobre las diferencias entre hombres y mujeres aquí os dejo el reportaje “Somos (casi) iguales”:
http://www.elpais.com/articulo/sociedad/Somos/iguales/elpepisoc/20110106elpepisoc_1/Tes
La publicidad también ha sabido sacar partido a la rivalidad entre sexos opuestos. El anuncio de arriba es un bueno ejemplo.
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